jueves, 28 de agosto de 2014

Frágil.

Sentimos una atracción hacía lo frágil, por las cosas que pueden romperse en cualquier momento.
Y las cuidas y tratas que no se rompan entre tus dedos.
Pero las cosas frágiles se rompen en cualquier momento.
Y vives con miedo de que eso pase e intentas atrasar lo inevitable.
Intentas atrasarlo.
Lo intentas con todas tus fuerzas, pero cuando se rompen, el hecho de haberlas cuidado tanto, hace que duela mucho más.
Pero yo he intentado cuidarlo, he intentado evitar que se rompiera.
Pero después de algún tiempo no pude hacer nada para evitarlo.
Porque se acabo rompiendo y de una forma irreparable.



William Herondale y Tessa Gray,
a James (Jian) Carstairs.
Te extrañamos Jem.
(Los personajes no me pertenecen, esto solo es un fanmade hecho sin ningún animo de lucro, todos los personajes pertenecen a Cassandra Clare. Gracias por leer)

martes, 19 de agosto de 2014

~Grim~

"Hay algo en lo macabro. Hay algo primario en él que nos atrae, que nos hace querer más. Una película de miedo nos da algo, nos hace sentir más adrenalina y... ¡Queremos más y más!
También hay algo en lo grotesco... Que despierta algo en ti, algo primario y voraz.
-Por eso no aparte la mirada- Dijo la chica.
-¿La mirada de qué?- Le pregunto el detective que se hacia llamar L mientras la miraba a los ojos, buscando alguna expresión y encontrando la nada.
-De como lo hacía, lo miré fijamente, porque lo malo, lo cruel, lo siniestro, lo macabro, lo grotesco de lo que estaba haciendo me obligaba a mirar.
-¿Está usted asegurando haberlo visto todo, señorita?
-Eso mismo hago.
-¿Y por qué no hizo nada para impedirlo entonces?
-Porque ni pude ni quise hacerlo."
-¿Fue eso lo que te dijo?- Preguntó un chico de unos 12 años al ya jubilado detective.
-Sí, eso mismo, jamás olvidaré las palabras de esa chica... Y sí, tal vez estuviese loca, pero explicó su locura de una forma tan hermosa que no puedo dejar que sus palabras se olviden. Y es que, es muy probable, estoy casi seguro, de que tenia razón, todo lo malo nos hace querer más.
-¿De que estas hablando, L?- Preguntó el chiquillo.
-Nada, olvídalo.- Dijo L, revolviendo suavemente el pelo del chico.
Más en lo que estaba pensando era en la grotesca escena del crimen, en como había encontrado a la chica... Sujetando la mano de su prometido contra su mejilla, estaba en silencio, no lloraba.
Lo más horrible de todo era que podía imaginarse porque la chica había perdido la razón; su prometido estaba descuartizado y su brazo estaba muy lejos de su torso.
Lo que L aun no comprendía, a pesar de su avanzada edad, experiencia y tiempo invertido en intentar entenderlo, era como pudo estar tan fría en el interrogatorio, como no había gritado de horror al verse envuelta en todo aquello.
-Sí, tal vez se volviera completamente loca ante el impacto de todo aquello.- Murmuro el ex-detective levantándose de donde había estado sentado todo ese rato.
Y suspirando se dirigió a visitar la tumba de la chica, que poco después de aquello se había suicidado.
La habían enterrado con su prometido y cada año, L, les llevaba un ramo de flores, porque ellos eran, su primer y ultimo caso sin resolver.

jueves, 14 de agosto de 2014

So cold.

(Advertencia: contiene spolier de TMI: Ciudad de las almas perdidas, y es una historia Malec, estuchad la canción del final de artículo mientras lo leéis, gracias)
"Oh... you can't hear me cry. See my dreams all die from where you're standing on your own. It's so quiet here, and I feel so cold... This house no longer feel's like home..."
No dejaba de escuchar esa maldita letra en mi cabeza, no podía dejar de pensar en ella.
Estaba solo en mi cuarto. La habitación se sentía tan ajena después de meses viviendo en otra casa.
Nada allí era como el piso de Magnus, desordenado y moderno, los muebles aquí eran clásicos y pesados, y con la cama tan pulcramente hecha que las sábanas tiraban.
Solo había dos fotos en la habitación, solo dos malditas fotos y una de ellas no hacía más que hacerme daño. Las dos me lo hacían en realidad, pero una mucho mas que la otra.
Era la única foto que había querido quedarme de mi viaje con Magnus. 
Estábamos en Venecia y le habíamos pedido a una mujer que pasaba por allí que nos sacase la foto. Los dos sonreíamos, se nos veía muy felices juntos.
-¿Y si lo llamo?- Me pregunte a mi mismo en voz baja.
Estaba sentado en una cama que ya no sentía que fuese mía, sujetándome las rodillas y mirando aquella foto.
Quería romperla, ¡Hacerla añicos!
...
Pero tenía miedo de romperme con ella.
Le echaba de menos, innegablemente, lo extrañaba.
-No... No querrá cogerme el teléfono.
Suspire de rabia e impotencia mientras me secaba las lágrimas de los ojos.
"¡Joder! ¡Yo nunca lloro!"
Pero no podía evitarlo, me sentía culpable por todo lo que había pasado y Magnus tenía razón... No debería haber jugado con su inmortalidad de aquella manera. ¿Como había podido siquiera plantearme aquello?
Y lo he pagado caro, esa duda destrozó mi felicidad por completo.
"Quiero irme a casa." Pensé.
A mi casa. Con Magnus.
"Solo quiero volver a casa."
Y temblando me eché a llorar.