Como un niño

Soy como un niño, que ve el mundo por primera vez.
No sé nada, pero a la vez sé mucho.
En estos escasos años que llevo en este país, lejos del mio, aun no he descubierto ni la mitad de sus maravillas.
En estos pocos meses que llevo contigo he reído y llorado y ambas cosas por el mismo motivo.
Echo de menos mi casa, pero cada vez me importa menos porque estoy contigo.
Ya no quiero volver, no me importa echar de menos a mis padres.
Porque soy como un niño, pero he encontrado un hogar y es contigo.
Y como un niño, he encontrado el amor por primera vez, y por primera vez quiero convertirme en adulto.

Hundida en la nada

Estoy hundiéndome en la nada.
No puedo ver, no sé si es de día o si es de noche.
Estoy muriendo.
Te he perdido, te has ido...
Y no he podido hacer nada para que te quedaras.
Sin ti me hundo tan rápido que tengo miedo.
Estoy hundida.
Estoy hundida en la nada.

¿Sabes? Me arrepiento.

¿Sabes? Digo muchas cosas de las que luego me arrepiento. Y también muchos de los enfados que tengo contigo son una tontería y también me arrepiento.
Te quiero mucho y eres mi todo, pero a veces se me olvida que para mí eres lo más importante.
Y cuando discutimos, lo que más me duele, es cuando callas y asientes, como si hubieras desistido, como si te hubiese hecho un daño irreparable y como si hubieras dejado de escucharme.
Pero luego me arrepiento mucho, ¿Sabes?

Desahogos de un rubio de metro sesenta...

A ver... No me vengáis jodiendo. Sabéis que detesto que me atosiguen.
A ver enana... ¿Qué te pasa ahora? Tu jefe no te escucha y no le gusta tu pareja. ¿Quieres conservar tu trabajo? ¡Cállate, joder, cállate y escucha a tu jefe! ¡Por algo será que quiere echarte!
Y tú... Pelirroja celosa... Te diré porque tu marido ha cambiado... ¡Porque lo atosigas joder! ¡Déjalo respirar un poco y a lo mejor vuelve a disfrutar de su vida!
...
Y en cuanto a mi. Tengo un día jodido. Así que, no quiero hablar, ni escuchar a ninguna de las dos.
Que os jodan. 
-Desahogos de un rubio de metro sesenta.

¿Me perdonas?

Todo en mi vida es perfecto, te tengo a ti, tengo una casa y tengo una vida maravillosa.
Pero echo mucho de menos la aventura, el no saber que pasará mañana.
Echo de menos meterme en líos.
Y no puedo hacer cosas malas si estoy contigo, porque sé que te haré daño.
Y como echo de menos esa vida, me enfado contigo y te grito y solo te hago más daño...
Lo siento, ¿Me perdonas?

En la puerta de tu casa.

Hoy no he podido. Simplemente no he podido.

He notado el mundo cayéndose encima: el trabajo, las obligaciones, las tareas.

Desde las siete de la mañana con la agenda ocupada.

Pero todo se quedó en la puerta de tu casa.

Cuando llego allí nunca me quejo del día y si me preguntas te diré que todo ha ido bien con una sonrisa aunque no haya sido así. No quiero ahogarte en mi mundo eres demasiado valioso para mi.

Y no estoy mintiendo, todo esta bien...

Porque al fin y al cabo, todo se queda en la puerta de tu casa.

Mi vestido

Cuando era niña me compraron un vestido, un vestido precioso y de volantes, pero se me rompió.
Cuando empecé a salir con un chico me compró un vestido casi igual, pero cuando me lo ponía ya no me sentía de la misma forma y con el tiempo dejaron de gustarme los dos vestidos hasta el punto de odiarlos. El segundo vestido, lo rompí yo.
Lo rompí con los sentimientos malos que me dejó ese chico y los trozos de cristal roto en que se convirtió mi alma.
Ahora tú me has comprado un vestido.
Soy pequeñita y el vestido es largo. No me queda bien, ni siquiera es un vestido bonito, pero me gusta mas que los otros, porque me lo has regalado tú y porque ese vestido hace que me sienta tu princesa.

-Detestable.

-Un mundo detestable, allí es donde vivo, en un mundo de lo más detestable.
-¿Cómo qué detestable? ¿Es qué allí donde vives no hay nada que te guste y aprecies?
-Sí, lo hay, pero las personas detestables se encargan de destrozarlo.
-¿Cómo qué?
-Las flores, la risa, la vida... Antes de que lo pisoteen... Todo es precioso.
-¿Y las personas lo destrozan?
-Sí, lo destrozan y lo pisotean.

Strange.

Soy extraña, y estoy perdida en mi pequeño mundo.
Estoy aislada de todos y de todo, en mi pequeño mundo.
Soy extraña y en mi pequeño mundo estoy protegida de todo lo malo.
Y en mi pequeño mundo, lo único que entra de fuera, eres tú.

Porque te quiero.

Porque no me diste tiempo a decir la frase temida, porque me abrazaste y me dijiste que me querías.
Por todo eso y más, gracias.
Porque por todo lo que has hecho por mí seguimos juntos y aun queda mucho tiempo, para pensar si quiera, en si quiero decir que me voy.
Porque ahora, por tu cariño y tu amor. Me quedo. Me quedo y de aquí no me muevo.
Solo recuerda que, pase lo que pase, te quiero.

2

Estoy dividida, dividida en dos. Solo uno me quiere, el otro solo quiere divertirse.
No es su culpa, ninguno me utiliza, de hecho, ellos no saben lo que pasa, las cosas siguen como de costumbre y nada cambia.
Pero yo estoy partida, partida en dos. Los dos se parecen mucho, pero son muy diferentes: uno no podría vivir sin mi; el otro no podría vivir conmigo.
Pero yo soy tonta y los quiero a los dos.
Pero solo uno me quiere, el otro.... Nos lo pasamos bien juntos.

Y yo estoy rota, rota en dos.

-Me diste mucho.

Me diste mucho mi vida, me diste mucho.

Y te pido perdón por mis errores, por mi impaciencia y por no saber como cuidar de ti tantas veces.

Tú me diste un hogar, una familia y me diste tu corazón y tu cariño.

Gracias, gracias mi vida, gracias, porque tú me diste mucho.

Mi felicidad

Hay un momento en mi día a día, ¡Qué digo uno! ¡Hay cientos! Pero mi favorito, el primero. Es ese cuando me despierto a tú lado.
Cuando tú aun estas dormido, como un niño. Tienes una sonrisa en la cara y pareces muy feliz y relajado.
Me encantan esos momentos antes de que te despiertes por culpa del sonido del despertador.
¡Ay! Esos minutos son la alegría de mi mañana. Son lo único por lo que sonrío al hacerte el desayuno mientras te duchas.
Mi felicidad es algo muy simple... Algo tan simple como unos minutos.
Mi felicidad es cuando llego a casa cansada y tú haces la cena mientras descanso.
Mi felicidad son tus besos, tus abrazos y esos susurros en los que me dices "te amo".
Sí mi amor. Mi felicidad es así de sencilla, así de simple.
Por eso, no cambies y sigue haciéndome feliz, por favor.

~Yo lo intenté~

Yo... No te mentiré... Lo intenté, sí, más de una vez lo intenté, pero no fui capaz, tenía miedo... 
La primera vez...
La primera vez puse un cuchillo en mi garganta, pero mi primo lo vio y me lo arrancó de las manos.
La segunda vez, fue con una pistola, la de mi padre creo... Sí la de mi padre. Puse el cañón en mi boca y cuando iba a intentarlo mi padre apareció y me aparto la pistola de la boca. Cuando apreté el gatillo... Fue solo un disparo al aire.
La tercera...
Bueno, en realidad es mas que la tercera, esto ya lo había intentado mas veces, pero todas fueron en vano pues me pararon...
Pero esa... Sí esa tercera fue cuando lo conseguí. Puse un filo en mis muñecas y seguí las marcas y cicatrices y sí... Corté, pero esta vez de forma profunda.
Pero cuando estaba ya casi inconsciente apareciste tú y me salvaste...
Estabas llorando, pero aun así me cogiste y me curaste.
Me vendaste con fuerza y me lloraste, hasta que abrí los ojos. La sangre ya no brotaba.
Y cuando las heridas cicatrizaron y quedaron simples marcas, las besaste. Las besaste con tanto cariño que, ya no quise volver a intentarlo.
Pero yo... Yo lo intenté.

Y no paramos.

En el amor que compartimos tú y yo no hay reglas.
Podemos hacer lo que queramos el uno con el otro, porque si algo tenemos claro es que nunca nos haremos daño.
¿Recuerdas como empezamos?
Yo sí, nunca lo podré olvidar. Fue en la fiesta de una amiga en la que, sin pensarlo, nos besamos, pero el beso no fue donde paramos. Ya dormían todos, estábamos a oscuras, y después del beso, vinieron las caricias, los abrazos.
¿Qué si paramos en los abrazos? No... Amor mio, ahí tampoco paramos.
Nos entregamos el uno al otro, ¿No te acuerdas?
Yo no sé porque, no puedo dejar de recordarlo cada vez que nos damos la mano.
Y aun recuerdo el día en que, por el parque caminando, pediste que nos casáramos.

Y no, mi vida, no...                             

Ahí no paramos.

Pequeña

Soy pequeña,

Pero algún día seré grande

Y haré grandes cosas.

Soy pequeña,

Pero no me iré

Sin saber que he cambiado algo.

Soy pequeña,

Pero solo porque soy pequeña,

No me rendiré tan fácilmente.