Te encerraste en un castillo de hielo, dejaste que tu corazón se encerrara en una jaula fría y húmeda.
Acabaste muerto por dentro, con escarcha en las venas.
No dejas a nadie acercarse y hoy tu corazón es frío.
Las flechas de hielo que me lanzaste, son con las que ahora yo, construyo mi castillo.
Y así los dos, encerrados en castillos de hielo.
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