Cada día que pienso en ti, pierdo horas de mi poco tiempo de vida.
Eres una droga y no puedo vivir sin ti.
Siempre que estoy contigo consigo tanto arrepentimiento como placer.
Parece que me confundí y nunca he sido capaz de tomar la decisión correcta.
No soy capaz de dejarte ir, pero tampoco de dejar que te quedes siempre conmigo.
Todo un día pensando en ti; en tus labios, en tus manos recorriendo mi cuerpo... Y siento escalofríos.
Pues toda nuestra vida es una vana ilusión de tentaciones, como una mariposa en tu hombro a la que nunca podrás agarrar con firmeza.
Y así mi vida pasa y mi arrepentimiento no se marcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario