jueves, 3 de abril de 2014

Estaba allí

-¡Lo vi! ¡Juro que lo vi!- Grité.
De nada me servía gritar, la policía y mis padres ya no me creían.
-Deja de mentir, no te servirá de nada...-Dijo un agente.
¿Por qué no me creía? 
-Pero... Había algo en la habitación- Aseguró una mujer del equipo de investigación-, hay pisadas de unos zapatos de una talla que no se corresponde con la suya, y los cortes... ¿Quién se haría esos cortes en el pecho para llamar la atención? 
Mis cortes hacían un circulo casi perfecto en el pecho, eran profundos, pero no lo suficiente como para ir al hospital... Simplemente, me habían puesto anestesia local y unos puntos.
-¡¿Lo veis?! ¡Estaba allí!- Volví a gritar.
Pero poco a poco los agentes se iban yendo y yo y mis padres volvimos a entrar en la casa.
Mi madre limpiaba el suelo y las sábanas mientras yo lloraba sentada en una silla.
Cuando se fue me metí en la cama, pero no apagué la luz de la lamparita de mi mesilla.
Estaba a punto de dormir y miré hacía la puerta del armario.
Él estaba allí.

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